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La eficacia de un remedio homeopático es dependiente de la manera en que se prepare y de la manera en que se tome. No debe tocar el medicamento con las manos para tomarlo, tómelo de manera directa del frasco o con una cuchara. Los remedios homeopáticos se absorben por la mucosa bucal. Dejen disolver los gránulos en la boca, aconsejable bajo la lengua. Antes y luego de tomar el medicamento debe estar mínimamente unos 15 minutos sin comer, beber, sin lavarse los dientes, no debe fumar tampoco. Es favorable no tomar café, menta o clorofila a lo largo del régimen, ya que le resta eficacia a varios remedios homeopáticos.
Por causas de higiene, y como en la mayoría de los medicamentos, se debe evadir tocar los medicamentos homeopáticos con los dedos. El dosificador de gránulos, está pensado para hacer más simple la gestión del medicamento sin obligación de tocarlo con las manos. La virtud de los medicamentos homeopáticos es que, en inicio, cualquier persona puede tomarlos. Son muy usados en embarazadas, polimedicados y población pediátrica. Este grupo de pacientes son los que mayor cuidado deben tener al manipular con las manos este medicamento, ya que puede ingerir sin querer cualquier tipo de virus o de bacteria, algo que puede ser peligroso.
En la homeopatía existen potencias diversas. La dosis se decide según el caso individual. En los remedios homeopáticos existen las potencias D-, C-, y LM- (Q-). Cada una de las potencias existe desde la primera hasta la bicentésima disolución, y más. D indica una disolución en relación de 1 a 10. C es una disolución de 1 hasta 100 y LM o Q es una disolución de 1 a 50.000. La potencia se elige según la similitud del paciente con la materia médica. A más similitud mayor será la dilución que daremos. En cualquier caso es importante que un buen homeópata trabaje con estas diversas potencias.
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