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Es un tipo particular de dilución en la que partiendo de una sustancia llamada tintura madre, se ejecuta un trámite sistemático que radica en combinar esa tintura madre en más proporción de un diluyente y agitar por medio de un trámite de sucusión (o dinamización). Se reitera este trámite con una sección de esa primera dilución en más diluyente y de esta forma se repite hasta lograr los escenarios deseados con los que realizar el medicamento homeopático. Es requisito acordarse que entre una dilución y la siguiente hay que llevar a cabo un trámite de sucusión, no de agitación ni de algún otro tipo de movilización o mezcla.
Una de las virtudes de los medicamentos homeopáticos es la poca o nulas contraindicaciones, entendida como la baja aparición de resultados consecutivos, reacciones adversas o interacciones con otros tipos de medicinas. Esta afirmación está avalada por diversos estudios de investigadores, como por el poco número de afirmaciones de Agencias del Medicamento de diferentes países. La conclusión es que los resultados consecutivos, las reacciones adversas o las interacciones de los medicamentos homeopáticos son raros, leves y transitorios. Ésta pertenece a las causas por las que los medicamentos homeopáticos se sugieren muchas veces para niños, mujeres embarazadas y ancianos o personas que están siguiendo numerosos tratamientos. Inclusive en la situación de pacientes que están en tratamientos muy agresivos.
La adopción de la infinitesimalidad fue un propósito que se fijó Hahnemann gracias a su preocupación por evadir casuales agravamientos del enfermo. Por otra sección, las altas diluciones desarrollan una acción selectiva sobre las afecciones sensoriales y funcionales. El procedimiento puesto próximo por Hahnemann para conseguir lo que él llamaba Atenuaciones se refería a las sustancias solubles (diluciones), como a las insolubles (trituraciones). Hahnemann, que además era químico, detalló con exactitud las operaciones consecutivas a llevar a cabo, exponiendo un elemento primordial que llamó Dinamización. Consiste en aplicar, tras cada operación de dilución, un número preciso de agitaciones (unas 100-150 agitaciones siempre verticalmente según la Farmacopea francesa; según la farmacopea Alemana bastan con 10 sacudidas a cada dinamización).
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