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Es un tipo particular de dilución en la que partiendo de una sustancia llamada tintura madre, se ejecuta un trámite sistemático que radica en combinar esa tintura madre en más proporción de un diluyente y agitar por medio de un trámite de sucusión (o dinamización). Se reitera este trámite con una sección de esa primera dilución en más diluyente y de esta forma se repite hasta lograr los escenarios deseados con los que realizar el medicamento homeopático. Es requisito acordarse que entre una dilución y la siguiente hay que llevar a cabo un trámite de sucusión, no de agitación ni de algún otro tipo de movilización o mezcla.
Si estás teniendo en cuenta someterte a un régimen homeopático, existen varios puntos que tienes que tener en cuenta antes de confiar tu salud a un experto en la materia. Esto no significa que la medicina homeopática es algo que logre poner en riesgo tu vida o tu integridad física. Ésta es una manera muy segura para el régimen de algunas patologías y para conseguir los resultados más efectivos, hay que tomar algunas prudencias. Busca un homeópata certificado sobre los medicamentos homeopáticos. Consulta a tu médico de cabecera si planeas utilizar remedios homeopáticos para tu hijo o si estás embarazada o dando de mamar.
En la homeopatía existen potencias diversas. La dosis se decide según el caso individual. En los remedios homeopáticos existen las potencias D-, C-, y LM- (Q-). Cada una de las potencias existe desde la primera hasta la bicentésima disolución, y más. D indica una disolución en relación de 1 a 10. C es una disolución de 1 hasta 100 y LM o Q es una disolución de 1 a 50.000. La potencia se elige según la similitud del paciente con la materia médica. A más similitud mayor será la dilución que daremos. En cualquier caso es importante que un buen homeópata trabaje con estas diversas potencias.
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